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  • Foto del escritorAdriana Arismendi

¿Bombero o ejecutivo?

En una etapa en la que se requiere al máximo nuestra atención, el tiempo se consume más rápidamente. Con seguridad mirarás atrás y te darás cuenta de que en las últimas semanas haz tomado más decisiones e impulsado más acciones que en los últimos años. El volumen de emails crece, el chat se expande en creación de nuevos grupos y mensajes "rápidos". Las personas necesitan hacer validaciones y se te requiere para apagar incendios y también para pensar en el futuro.



Los movimientos nos ponen a prueba, si es cierto que ya estamos viviendo a un ritmo acelerado, sin darnos cuenta en qué momento saltamos de mes a mes y cerramos cada año, esa sensación se intensificó con la llegada del virus. La ola de tareas, la suma de horas, el encierro y la presión nos agobian, como seguramente se siente un bombero en medio de un gran incendio. Sabes que tu labor es restaurar la tranquilidad y el buen funcionamiento pero la rapidez con la que debes hacerlo, mientras piensas en cómo lidiar con los rezagos, es una enorme montaña para escalar.

Si estás entre la espada y la pared, es momento de confiar.

Confiar en el equipo de trabajo. Están contigo, entonces tienen que ser buenos y talentosos. Muéstrales hacia dónde y deja que ellos avancen. Cuando las personas tienen talento, sólo necesitan tener una dirección estratégica definida y comprometerse con ella.

Escucha a tus pares y a tu equipo de operaciones. A los que están al frente, los que reciben la información directa de tus clientes. Ellos saben, con total certeza, qué le inquieta a tus clientes, qué pasa en la calle, de qué se habla y cómo se recibe lo que estás haciendo. Los estudios son valiosos, la intuición y la experiencia también, pero si tienes una fuente de realidad, no la desaproveches.

Delega. No todo lo puedes hacer, no todo lo puedes decidir. Es una gran tentación, especialmente en momentos tensos, sentir la necesidad de tomar las decisiones para mantener bajo control la situación. Sin embargo, la verdad es que eso es factible, si el terreno es pequeño, en la medida en la que se crece el tamaño de la situación, es imposible que veas en detalle todo y en consecuencia que tengas la información necesaria y suficiente para tomar decisiones. Entonces debes delegar en otros para que las coas pasen, y sobre todo para que pasen de la mejor manera.

Reuniones más cortas. Para atender el crecimiento del volumen de emails, llamadas y chats, es necesario ser más practico. 20 o 30 min son en la mayoría de los casos suficiente. Organiza los puntos a tratar y los temas cruciales que deben quedar resueltos en cada reunión. Es muy probable que te sobre tiempo de cada cita, que además, ¡no tienes que llenar con más palabras o tareas! Una llamada breve. Hacerlo en lugar de escribir un email te ayuda a resolver más rápido cualquier situación que una reunión. Intenta no perder tiempo escribiendo un largo correo o citando una reunión que puedes resolver en una conversación de 5 o 10 min. Es bueno para ti y los demás también lo agradecerán.

Tal vez esta sea la prueba más dura de los profesionales de hoy, saber lidiar con el presente incierto y planear para un futuro, aún más incierto… La verdad es que lo único que sabemos, es que hay que resolver y aceptar las circunstancias, tal como son, para poder crear nuevas realidades.

Deseemonos suerte en este Máster intensivo que estamos viviendo y convirtámonos en unos ¡profesionales con mangueras!

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